viernes, 18 de julio de 2008

Mi vida sin ti - 3/3

Días y días pasaron, nada cambió, el amor que sentía por ella casi sin conocerla era demasiado intenso para ser cierto, pero algunas veces por mucho que parezca extraño tampoco tienes por que buscarle a todo una explicación. No puedo mentir, lo que si he pensado más de una vez, es que todo parecía que había sido minuciosamente planeado, todo encajaba, cada paso de aquel día, cada movimiento que hacía sin sentido, resultaba que me llevaba a ella, me acercaba a este momento. No digo que no sea casualidad, pero prefiero pensar, que se acerque más a una bella maniobra del destino, única e intransferible, exclusivamente estudiada para mí. Me dediqué a disfrutar de cada momento a su lado dejándome llevar. El tiempo a su lado era lo más maravilloso del mundo, todo lo demás pasaba a un segundo plano, no merecía la pena ni pensar en lo que no fuera nosotros en ese instante. Y los meses pasaron junto a las estaciones sin distracción alguna, todo era tan mágico, tan especial, tan perfecto.

Sé que la felicidad muchos la definen como un estado transitorio. En parte hay que darles la razón. Su continuidad es difícil de mantener. La mía no iba a ser menos, todo periodo feliz se ve salpicado de problemas que nacen exclusivamente para tambalear sus pilares, derrumbándola o haciéndola mas fuerte. Mi felicidad entonces se vio puesta aprueba. A mi pesar, una prueba demasiado adversa para cualquiera. ¿Quién iba a saber que todo se complicaría? ¿Es qué nada tiene que ser perfecto del todo? No creo que sea el hombre adecuado para responder a esta última pregunta. Si sirve de algo prefiero decir que todo depende de cuánto quieras tu apostar por todo cuanto se te ha regalado, de hasta dónde quieras llegar por ello y, por supuesto, de lo importante que para ti sea ella, esa persona que llena por completo el hueco de ser, que lo inunda y lo protege. Y no de qué adversidad tengas en frente o de porqué no ha de ser tan perfecta tu vida. Hablo de apostar, puesto que el problema que me tocó vivir, me obligaba a elegir entre ella o la ciudad en que vivía, mis amigos y la tranquilidad de mi antigua vida, puesto que el hermano la echó de casa, y la amenazó de muerte si la volvía a ver conmigo. No se cómo se llamaría esta enfermedad en psiquiatría, a lo mejor ni era una enfermedad y simplemente era que el hermano se había pasado toda la vida enamorado de ella, y no podía soportar verla a mi lado, seguramente nunca llegaría al extremo de matarla, supongo que ni le pondría una mano encima, pero es de comprender que quisiera que saliese de su vida, para poder rehacer la suya debidamente.

Tenía que tomar una decisión, la amaba con toda mi alma, no resultaba tan fácil dejarlo todo, ¿debía apostar mi vida por alguien que apenas conocía, que pasaría si no funcionaba? Ella, era esa personita especial que siempre había esperado, la que anhelaba encontrar y por la que había soñado despierto toda mi vida, ¿pero se merecía que llevara acabo un punto de inflexión en mi vida, cambiándola por completo, solo por estar con ella? Me surgieron miles de preguntas, por suerte no tardaron en responderse. Siento haberos engañado al principio de esta historia y haberos podido hacer pensar que al llegar este momento cogería la decisión de no jugármelo todo por ella, pero de qué sirve si vosotros mismos no llegáis a valorar algo tan hermoso como es el amor, mi exclusiva historia de amor, una de tantas que se dan a todas horas y en todas partes del mundo, y que te tocará vivir el día menos esperado, tarde o temprano. Afortunadamente, pude y me di cuenta de que habría perdido lo que inspiraba mi vida, lo que me motivaba a levantarme cada mañana para comenzar un nuevo día, lo que me inspiraba confianza y por supuesto lo que me hacía sentir tan feliz. Se que puede resultar un poco egoísta, tenéis que tener en cuenta que os aman de igual manera, no solo influyendo sobre ti la decisión que tomes, sino correspondiendo al amor que os ofrecen y que no debéis rechazar por nada del mundo, si de verdad sientes al mirar a sus ojos que deseas penetrar en su alma y anidarla por siempre, siendo parte de su esencia, de su ser. Tiempo habría pasado hasta volver a confiar en mi mismo, si es que lo conseguía alguna vez, y no me convertía en un loco que gastaba el tiempo en imaginar como hubiese sido mi vida a su lado.

Me hubiese convertido en este ser incompleto del que os hablé, así que pedí traslado en el trabajo y me fui con ella a otra ciudad, donde vivimos y espero que compartamos el resto de nuestros días. Pero ya, no me conformo solamente con vivir unos cuantos años a su lado, ahora lo que quiero es que nos dejen estar juntos hasta el fin de los días siendo parte de la eternidad y que en algún lugar, mezclándose nuestras almas nunca se vuelvan a separar.

Espero que después de haberos contado mi pequeña historia de amor, cuando os llegue vuestro momento seáis capaces de apreciarlo, y nunca perdáis lo que de verdad os llena, por no salir de la tranquila y segura rutina que os mantiene. Cuando juntos saltáis los obstáculos que la vida os van arrojando en vuestro camino todo os hará más fuerte y se os habrá constatado que de verdad valía la pena creer en lo que sentíais, pues estar con el otro es lo único que deseáis. Al menos aunque todo salga mal, podréis decir que no os quedasteis en lo fácil. Nunca tendréis la pesada carga de no haberlo intentarlo quedándoos por siempre en la duda, de lo que pudo haber sido y no fue. Quizás con la ayuda de todos, consigamos que en la tierra el amor triunfe ante todo espectáculo de fuerzas inexorables que se crucen en nuestras vidas, ante las que incluso el más forzudo guerrero, tembloroso de temor, se derrumbase sobre la arena declarándose el perdedor de la contienda. Y por fin encontremos lo que todos deseamos en nuestras vidas, el amor que mantenga por siempre viva la llama de nuestra felicidad.

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